viernes, 13 de noviembre de 2015

Conclusión

La vida de las personas se ve condicionado, para bien o para mal, por las decisiones acertadas o erróneas que toman en cada momento. ¿Qué ocurre cuando actuamos sin pensar, sin valorar, sin reflexionar o sin prever las consecuencias? ¿Qué puede pasar cuando una mayoría ciudadana desinformada, crédula o irreflexiva elije opciones que determinen el desarrollo de nuestra propia vida o de la de nuestros hijos? ¿Qué puede aportar la educación y el pensamiento crítico para evitar las decisiones erróneas y orientarlo para tener mejores hábitos mentales y disposiciones hacia el compromiso cívico, la responsabilidad social y el bien común? 

Estas preguntas las hemos elegido para hacer reflexionar a aquellas mentes que se preguntan si la capacidad crítica y creativa es necesario o importante para el correcto desarrollo de la vida.

El pensamiento crítico es necesario que lo inculquen los docentes desde la escuela para elaborar una capacidad de decisión, reflexión y evaluación de los niños/as desde bien pequeños; para que en un futuro sus decisiones estén dictadas hacia una ciudadanía plural, hacia una conducta determinada por los valores y actitudes éticas, hacia un correcto desarrollo sostenible del planeta; conviertiéndonos así en buenos ciudadanos que viven en armonía y paz con los demás.

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